La Ruta del Sol: En bicicleta por Perú, entre Puno y Cusco.
La Ruta del Sol une dos puntos muy turísticos. En el extremo sur, la ciudad de Puno al borde del lago Titicaca y, en el extremo norte, la ciudad de Cusco, una de las ciudades más turísticas del mundo.
Para quienes recién ahora me están conociendo, mi nombre es Felipe Lechuga y viajo en bicicleta por America. Hace ya un año y medio que me encuentro en el Camino, primero recorrí el noroeste de Argentina, luego gran parte de Bolivia y ahora estoy comenzando a transitar Perú.
Algo de lo más maravilloso y uno de los grandes motivos por los que elijo este modo de viajar, es que lo hago a un ritmo que me permite conocer lugares que de otra manera los pasaría de largo. Por eso en este artículo les voy a compartir los lugares que conocí en mi experiencia pedaleando por la Ruta del Sol. Destinos intermedios que visité durante las siete jornadas que me llevó unir el total de 390 km entre Puno y Cusco.
Puno
A la ciudad de Puno llegué por la tarde y fui directo a alojarme con un Couchsurfing (red social para dar y/o recibir alojamiento gratuito) que había conseguido. Esta ciudad se encuentra al borde del lago Titicaca, a 3.000 metros sobre el nivel del mar (msnm). Es el lago navegable más alto del mundo y uno de los más grandes de Sudamérica. Su superficie se divide entre territorio peruano y boliviano.
Se puede observar la importancia que ha tenido durante el período colonial a través de su Plaza de Armas y los edificios alrededor, como la iglesia.
No obstante, al día siguiente continuamos camino. A 40 kilómetros al norte se encuentra la ciudad de Juliaca, una ciudad de próximamente 200 mil habitantes, con gran actividad comercial. Allí sería recibido en una casa de ciclistas y por eso me quedé 4 días en los cuales aproveché para, además de descansar, trabajar con mi guitarra, lavar ropa y poner a punto mi bicicleta -cuestiones que son clave cuando se vive practicando un estilo de vida nómade en bicicleta.
Juliaca
Juliaca, conocida como la "Ciudad de los vientos" tiene varios hoteles y restaurantes en su zona céntrica, además de mercados típicos y centros comerciales (y mucho tráfico ruidoso). Las sinfonías de las bocinas de buses, motos, taxis y toritos resultaron de un tráfico un tanto caótico y agobiante. (Los toritos son un tipo de transporte urbano que se ve tanto en Perú como en Bolivia; tiene carrocería de auto pequeño y tres ruedas).
Nos despedimos de Juliaca y seguimos avanzando por la ruta del sol. El camino comenzaría a abrirse paso por un valle entre hermosos cerros. Tras una jornada de 66 kilómetros de pedaleo, a un promedio de 3900 metros sobre el nivel del mar, llegaríamos a nuestro próximo destino: Pucará.
Pucará
No imaginaba que llegaría a un pueblo con tanta importancia arqueológica como por su cultura y tradición. La Leal Villa Pucará es "Tierra del Torito y de artistas" y además cuna de una de las culturas más importantes del altiplano: la cultura Pucará.
Cuando uno llega, al costado de la ruta se pueden encontrar varios locales de venta de artesanías, en su mayoría de cerámica.
Este es un pueblo que se destaca a nivel nacional. Preguntando a la gente -muy amable- acerca de dónde pasar la noche con mi carpa me indicaron que en la plaza de armas podría hacerlo sin problemas. Armé mi carpa frente al templo Santa Isabel, un templo de estilo barroco mestizo, construido entre 1760 y 1800 por los jesuitas. Cené en uno de los varios locales gastronómicos del pueblo, un delicioso pollo a la brasa y luego de eso a descansar, plácidamente.
Al día siguiente luego de desayunar y levantar campamento, visité un Coffee Shop frente a la plaza. El mismo está a cargo de una familia local. Un emprendimiento de elaboración de café que presta servicio a los turistas que visitan el pueblo. También supe que es posible conocer sobre la importante cultura que habitó estas tierras desde el 500 d.C. visitando el sitio arqueológico y el museo Lítico por un valor de entrada de 15 soles (4 usd).
Además en el pueblo hay un museo dedicado a la cerámica en el cual se distingue a sus artistas a nivel nacional. Pucará cuenta con algunos hospedajes, sin embargo no se encuentran orientados a recibir a los turistas interesados en conocer de pueblo sino más bien a viajantes de la zona.
La mayoría de los visitantes recorren Pucará en algunas horas como una parada obligatoria en su viaje entre Puno y Cusco.
Me despedí de la gente del café y continuamos hacia el siguiente pueblo: Ayaviri.
Ayaviri
Cerca del mediodía llegamos a esta ciudad pequeña. Frente a la plaza de armas se encontraba una pintoresca iglesia de estilo barroco andino. Además en esta ciudad hay varios restaurantes donde se sirve la especialidad local: el Kankacho ayavireño.
Continuamos ruta y por la tarde llegamos a Chuquibambilla. En ese pequeño pueblo hay un sede de la Universidad Nacional del Altiplano donde se dicta la carrera de Agroveterinaria. La ganadería es una de las principales actividades económicas de la zona, así como la producción de leche y elaboración de productos derivados.
Contábamos con la información de que allí brindaban asilo a viajeros y así lo comprobamos. Nos recibieron en las instalaciones de la Universidad. Descansamos bajo techo y al día siguiente partimos.
Nuestro próximo destino nos seducía especialmente porque allí iríamos a relajarno y recuperar nuestras piernas. Se trataría del pueblo Aguas Calientes, donde visitaríamos el complejo termal medicinal que allí se encuentra.
Para llegar tuvimos que unir 63 km y alcanzar 4380 metros de altitud sobre el nivel del mar en el punto más alto del camino: El abra la Raya, dónde además está el límite entre los departamentos de Puno y Cusco.
Aguas Calientes
La jornada de pedaleo transcurrió en un marco de valles y montañas realmente hermoso e imponente. Disfrutando de ver terrazas de cultivo de data prehispánica. Llegamos a la tardecita entre nubes y llovizna al complejo termal. La entrada nocturna vale 7 soles (aprox 2USD) y la diurna 5 soles.
Ingresamos en el turno noche y nos permitieron acampar libremente en un rincón del complejo.
Armamos carpas, nos vestimos con el traje de baño ¡y directo al agua termal!
El complejo cuenta con variedad de pozas y piletas. También hay sauna y pozas privadas que tienen tarifa diferencial.
La temperatura de las piletas va desde los 35 hasta los 50 grados centígrados.
La pileta techada semiolímpica a 35 grados fue la escogida para comenzar una experiencia totalmente relajante.
Aguas Calientes se encuentra en el Valle de Occobamba, una zona de actividad volcánica y de allí proviene el recurso termal.
Al día siguiente nos quedamos allí y disfrutamos de una de sus piletas de exterior, a 40 grados centígrados. Con una vista impresionante de las montañas circundantes.
Aguas Calientes es una comunidad y en el complejo termal trabajan gran cantidad de sus miembros.
Nos contaban que la afluencia de turistas que mermó considerablemente desde la pandemia y luego por los conflictos políticos sociales que ocurrieron el año pasado en Perú.
Nos fuimos de Aguas Calientes totalmente renovados y relajados por el efecto del agua, su energía y propiedades.
Comenzamos una nueva jornada de pedaleo por la Ruta del Sol; esta vez ya en el Departamento de Cusco, transitando los Valles del Inca.
El cambio se notó también en la vegetación: del pastizal seco a los campos con cultivos, eucaliptos y pinos sobre las montañas.
Paramos a almorzar en la pequeña ciudad de Sicuani. Cuenta con gran cantidad de comedores, restaurantes y también hospedajes.
Por la tarde continuamos y seguimos a nuestro próximo destino: el pueblo de Raqchi.
Raqchi.
Allí hay un importante sitio arqueológico de lo que fue el Templo Inca de Wiracocha. El valor de la entrada para extranjeros es de 20 soles (5usd aprox). En el sitio se puede apreciar lo que fue un importante establecimiento Inca en los restos del templo. Un gran un edificio de 15 metros de alto que aún sigue resultando imponente.
En el sitio también hay una enorme cantidad de 'collqas' -construcciones que eran destinadas al acopio de alimentos- y también 12 edificaciones llamadas 'aposentos'.
Además se pueden apreciar una laguna y su zona de cultivos, un sendero con un recorrido entre restos de construcciones de piedra, el 'ushnu' -sitio de importancia político administrativa- y también un mirador el cual se accede tras 15 minutos de subida por un cerro y desde el cual se puede observar el sitio arqueológico de lo alto.
Es admirable la simetría y perfección de las construcciones que realizó esta cultura, trabajando con enormes bloques de piedra y barro.
Luego de la visita, siendo la tarde, preguntamos y acampamos en la plaza del pueblo, frente a su Iglesia. Raqchi es un pueblo muy pintoresco que conserva todas sus construcciones y fachadas de adobe. Enmarcado entre montañas y terrazas de cultivo.
Esa noche nos refugiamos de una gran lluvia entre relámpagos y truenos, preparándonos mentalmente para lo que se avecina en esta región por esta época: la temporada de lluvias.
A pesar de la noche lluviosa en carpa pudimos descansar muy bien y al día siguiente continuamos camino. Unos 70 km nos separaban del último destino antes de llegar a Cusco: la pequeña ciudad de Urcos.
Urcos
Llegamos por la tarde noche, luego de una jornada disfrutando de pedalear entre el valle y el caudaloso río Vilcanota.
Urcos posee una pintoresca Plaza de Armas y además una laguna muy bonita. Alrededor de ella hay un parque donde se puede ir a pasar el día en familia y disfrutar del paisaje y el aire libre.
La ciudad cuenta con algunos hospedajes y varios restaurantes, lo que hace que sea un destino elegido por l@s cusqueñ@s para ir a pasar un día fuera de la ciudad.
También hay una persona que recibe a viajeros de moto y bicicleta, entonces allí fuimos. Nos alojamos cómodamente y pudimos descansar antes de continuar los últimos 40 km de esta Ruta del Sol, para llegar a la mítica ciudad de Cusco.
Cusco
El clima en esta región es bien marcado por su estación seca y su estación de lluvias. La primera, entre fines de Marzo y Octubre, es la más propicia para disfrutar de los muchos atractivos de la región. Con temperaturas que bajan bastante entre la noche y la mañana, pero que durante el día son templadas y agradables por el fuerte sol que calienta los valles. Entre Noviembre y Marzo es la temporada de lluvias y las cuantiosas precipitaciones a veces interfieren en la realización de actividades al aire libre. Es por eso que la estación seca es considerada temporada alta y la temporada de lluvias como temporada baja.
Esta ruta también puede realizarse en un medio de transporte tan pintoresco como lo es el tren. Existe un servicio que une Puno con Cusco comercializado por la empresa Peru Rail. El valor de este servicio es de 275 dólares, por un recorrido de 10hs con comida y show a bordo incluidos. El costoso precio hace que los pasajeros sean casi en su totalidad provenientes de Europa, con un alto poder adquisitivo. Pudimos saber que hasta la década de los 90 el tren era de propiedad nacional y luego se vendió a capitales extranjeros (la empresa es chilena). Pero el tren antes tenía un carácter más inclusivo y unía dando vida a varios de los pueblos intermedios y las personas de la zona -much@s de ell@s campesin@s- lo utilizaban para trasladarse entre estos destinos.
Si tenes ganas de ir de Puno a Cusco (o viceversa) pero detenerte conocer lo que hay en el medio ahora sabes que esta ruta que une ambos destinos, llamada la Ruta del Sol, tiene una variedad de atractivos en los pueblos y ciudades intermedias, que van desde lo arqueológico, histórico y cultural hasta lo termal. Con paisajes verdaderamente maravillosos que van desde el altiplano a los valles y una identidad muy interesante por descubrir.
Por supuesto que al hacerlo en bicicleta fue obligadamente que me detuve en todos esos pueblos. Sin embargo si lo haces en transporte público hay una importante conectividad a lo largo de la ruta y entre los distintos pueblos y ciudades.
La antesala de Cusco o, en sentido inverso, del gran Lago Titicaca, una ruta con historia y belleza: la Ruta del Sol.
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